Aquí venden cerveza con extracto de Thc, creo que Ámsterdam es una buena ciudad para vivir; después de Madrid es la ciudad que más me ha gustado de lo que he visitado de Europa, sin embargo hay algo que no está del todo bien. Desde hace unos días me está enterrado la tristeza; y parece absurdo, pero lo siento más cuando busco cualquier forma de conectarme a la red, leo mi mail y no encuentro nada. Sólo estoy esperando al menos un mail de Aide, se que para ella no es importante la comunicación de este tipo. Yo soy de los que dependen de la red para muchas cosas, se que ella no. Y antes de despedirnos, aquel sábado, la situación se tornó difícil, pero quedamos en que al regresar de este viaje, nuestra relación seguiría igual. Y yo confío en ella, se que no estuvo conmigo todo este tiempo solo por soledad o por alguna razón superflua. No cualquiera te acepta en su casa y deja que duermas a su lado... ¿o si?. Hace seis meses, estando en Berlín, Grissel decidió terminar después de 2 años y medio. Realmente no fue culpa de Berlín o del simple hecho de viajar, pero siempre asociamos eventos, me comenzó a joder una terrible urticaria y añadiéndole los 38°C y mi bandeja de entrada de yahoo vacía, Berlín se convirtió en una tumba. Lo único que me agradaba era meterme al metro, sentarme en cualquier rincón y recorrer varias veces esa línea, por 20 pesos por lo menos me llegaba algo de tranquilidad.
Hace frío en Ámsterdam, el viento sopla fuerte y toda la tarde ha estado lloviendo. Compre una botella de vino y un par de cervezas DAB, por ahora he estado bebiendo agua, recuerdo aquel día que Aide me dijo ------no quiero un hombre borracho a mi lado------ Y soy un ebrio, pero desde ese momento deje de beber, al menos como lo solía hacer: dos botellas de vino tinto y dos paquetes de cervezas de 6 y lo que encontrar en la alacena. Eso lo hacía casi diario. Aide me ha pedido que no beba y que cuando quiera hacerlo, lo haga con ella. Y así ha sucedió desde que nos conocimos. Desde esa ocasión que me dijo ------no bebas y cuando quieras hacerlo, bebe conmigo------, supe que estaba con la mujer correcta. No me sería difícil saber que Aide quisiera terminar conmigo, sino que sería la muerte, como hace dos días que por accidente aplasté una mosca con una botella de vino. La pobre quedó convertida en una pequeña mancha negra, era una mosca pequeña y la primera que he visto en Europa... y quizás sea la última que vuelva a ver. Fue agradable encontrarme con esa mosca volando a la altura del salero, pero yo en unos segundos terminé su vida. Disfrute como hace mucho tiempo no lo hacía ese entrecot con muchas papas.
Estamos a 29 de diciembre, el 5 de enero está programado el vuelo París-México y no se si aún tenga la cordura necesaria para subirme a un avión y viajar 10 horas. Cuando iba de Madrid a Barcelona, casi al despegar el avión, un tipo comenzó a ponerse morado y parecía que se ahogaba y que tenía una especie de crisis convulsiva. Su acompañante apretaba como enajenado el botón con el cual se llama a la azafata. Llegaron rápidamente varias azafatas pero no podían hacer nada, no sabían que es lo que le sucedía a ese hombre. El capitán del vuelo pidió la asistencia de un médico o alguien que supiera primeros auxilios. Nadie llegó a la ayuda. Los demás pasajeros estaban asustados y expectantes. Yo mejor me paré al baño, me mojé la cara con agua fría y me quedé unos momentos sentado en el retrete. Cuando escuche que la cosa se había calmado un poco, salí del baño y me volví a sentar. El tipo que se ahogaba ya se había bajado y unos minutos después el avión despegó. Dormí casi todo el vuelo, creo que es lo mejor que alguien puede hacer en un avión, claro, a no ser que se practique la masturbación en el baño imaginando a alguna de las azafatas francesas o españolas o beber dos vasos de whisky y orinar a la mitad del vuelo. El primero de enero, esté llegando a la ciudad de México o esté despertando en un hostal de Madrid le llamaré a Aide. Cualquier cosa puede suceder, aunque creo que si decide mandarme al demonio me lo dirá. Si no lo hace y solo deja de verme, todo habrá sido un mero pasaje efímero de su vida. Tres semanas en las que olvidó un poco lo tedioso que es estar cuerdo y ser razonable. Aún así habrá valido la pena para mi. Tendré un buen pretexto para volver a practicar descorchar vinos y buscar residuos de alcohol de varias botellas viejas arrinconadas en una sucia alacena.
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